Construyendo colmenas

La miel ha sido desde siempre una aliada culinaria y un delicioso manjar elaborado por las abejas. Esta, se ha convertido en el ingrediente estrella de muchas recetas, destacando también por su valor medicinal y propiedades nutritivas. En la actualidad, debido a las amenazas ambientales que enfrentan estos insectos, se les reconoce como especie de protección prioritaria para la conservación de la biodiversidad.

Las implicaciones que trajo la reciente pandemia, así como las evidentes grietas en nuestro deteriorado sistema educativo, nos han orillado a creer que al igual que esta especie en peligro de extinción, las brechas en el aprendizaje han crecido exponencialmente a tal grado de pensar que la calidad de la educación corre riesgo de colapso. La realidad actual ha mostrado que uno de los principales retos que enfrentan las instituciones educativas es recuperar el rezago en todas las edades y en todos los niveles socioeconómicos.

 

Aprendizaje resiliente

Entre sus múltiples características, las abejas, han sido dotadas de un comportamiento social inteligente, ya que al enfrentar situaciones ambientales de complejidad, éstas desarrollan nuevas rutas de aprendizaje entre sus integrantes. La división del trabajo, la comunicación en grupos y el comportamiento cooperativo, son solo algunas de sus cualidades a fin de preservar su integridad y la de sus miembros.

La Organización Internacional para la Estandarización (ISO), según sus siglas en inglés, define la resiliencia organizacional como  “La habilidad para absorber y adaptarse en un entorno en constante cambio para cumplir sus objetivos y prosperar”, lo que nos muestra que las instituciones educativas están llamadas a ese crecimiento y desarrollo de habilidades para cerrar las brechas y así lograr una recuperación tangible.

Según algunos expertos en la materia, se recomienda que las instituciones educativas se vuelvan organismos resilientes, y que al igual que estas obreras productoras de miel, puedan enfrentar no solo la crisis presente sino también la futura, pues las decisiones que se tomen hoy condicionarán el mañana de los estudiantes.

¡La colaboración interdepartamental es clave!

Una colmena es un ecosistema en equilibrio que puede estar constituido hasta por 80,000 abejas, por ello, deben contar con una buena organización.

La reina, las abejas obreras y los zánganos, son parte de su importante estructura organizacional. Si bien esto parece ser una jerarquía en la colmena, la verdad es que las abejas se necesitan unas a otras para sobrevivir y prosperar. Ningún individuo ni grupo es más importante que otro, al igual, una reina sin su colmena no es reina en absoluto.

Esta enseñanza impartida de manera natural por estos insectos, deja una gran lección a nuestras instituciones educativas. A pesar de las jerarquías entre departamentos y la variedad de puestos y funciones en una organización, todos son importantes para la supervivencia en conjunto.

La comunicación es una danza

Además de comunicarse a través de feromonas, las abejas también se comunican a través de elaboradas danzas. Así es, las abejas bailan y sus movimientos tienen significados conocidos para otras abejas en su colmena. La comunicación fluye de manera eficaz entre cada uno de sus miembros.

Si nos logramos percatar, la comunicación entre estos pequeños insectos es su arma secreta, pero también podría ser la nuestra. Para que la información sea eficiente en nuestras organizaciones, es necesario establecer estándares definidos y poner en marcha la infraestructura tecnológica necesaria garantizando así la eficiencia de nuestros procesos.

Responsa-Bee-lidad

Dentro de una colmena, las abejas tienen diferentes trabajos. Entre algunos de ellos está la limpieza, el manejo de la temperatura, el cuidado de la reina, la alimentación de las más jóvenes, la seguridad, la construcción, y la reparación de estructuras dentro de la misma. A menudo, los deberes se dividen entre sus diferentes miembros, en algunas ocasiones dependiendo de la edad y la experiencia. Si una abeja nota una labor omitida, esta tomará la iniciativa y lo hará sin esperar ninguna orden. Ignorar cualquier detalle sería de eventual peligro para todas.

Para las instituciones educativas, las funciones y responsabilidades son determinantes para un trabajo eficiente. Sin embargo, el entorno siempre es cambiante. Es probable que algunas veces nos percatemos de responsabilidades omitidas por otros.  Tal vez no sea nuestro trabajo real, pero nunca está de más hacernos la pregunta «¿Debería yo hacer algo al respecto?» ¿Podría yo colaborar en algo para ayudar? Lo que no debemos hacer es pasar de largo esperando a que alguien más lo note.

Panal organizacional

La estructura organizacional es la forma cómo se asignan las funciones y responsabilidades que tiene que cumplir cada miembro dentro de una empresa para alcanzar los objetivos propuestos.

En 1855, Daniel McCallum diseñó el primer organigrama para ordenar y hacer más transparentes los roles y responsabilidades de los empleados del sistema ferroviario de Eriey Nueva York. Las estructuras organizativas han tenido una evolución disruptiva que buscan adaptarse a los nuevos tiempos.

Lo cierto es que el modo en que una organización está estructurada, depende de cómo ve sus procesos de trabajo y sus equipos. Estos son variables y su evolución se reflejará en el diseño de su organigrama evolutivo, adaptándose a los tiempos y las circunstancias.

Los panales son una estructura constituida por pequeñas celdas que permiten a las abejas aprovechar al máximo el espacio disponible dentro de la colmena. Debido a la efectividad de este sistema, se ha llegado a pensar que al igual, la estructura organizacional en instituciones educativas debería ser hexagonal, donde no existen los espacios desaprovechados ni vacíos.

Honey-xperience

Tenemos mucho que aprender de las abejas, esto es solo una pizca de lo que ellas tienen para enseñarnos. Los humanos modernos han poblado el planeta durante unos 300.000 años y los registros fósiles de las abejas más antiguas tienen 100 millones de años, por lo que su amplia experiencia es 333 veces superior a la nuestra, comprobando así,  que cuentan con un excelente modelo que podemos tomar como referencia para crecer exponencialmente y prosperar en instituciones educativas complejas y dinámicas.

Es momento de emprender el vuelo, desarrollar estrategias de crecimiento sostenible en cada una de nuestros centros de enseñanza y así construir un ecosistema equilibrado, aprovechando al máximo los recursos para lograr la transformación de nuestras instituciones en una colmena y el día de mañana, disfrutar de las mieles del éxito.

Escrito por:

Nassif Romero

Construyendo colmenas

La miel ha sido desde siempre una aliada culinaria y un delicioso manjar elaborado por las abejas. Esta, se ha convertido en el ingrediente estrella de muchas recetas, destacando también por su valor medicinal y propiedades nutritivas. En la actualidad, debido a las amenazas ambientales que enfrentan estos insectos, se les reconoce como especie de protección prioritaria para la conservación de la biodiversidad.

Las implicaciones que trajo la reciente pandemia, así como las evidentes grietas en nuestro deteriorado sistema educativo, nos han orillado a creer que al igual que esta especie en peligro de extinción, las brechas en el aprendizaje han crecido exponencialmente a tal grado de pensar que la calidad de la educación corre riesgo de colapso. La realidad actual ha mostrado que uno de los principales retos que enfrentan las instituciones educativas es recuperar el rezago en todas las edades y en todos los niveles socioeconómicos.

 

Aprendizaje resiliente

Entre sus múltiples características, las abejas, han sido dotadas de un comportamiento social inteligente, ya que al enfrentar situaciones ambientales de complejidad, éstas desarrollan nuevas rutas de aprendizaje entre sus integrantes. La división del trabajo, la comunicación en grupos y el comportamiento cooperativo, son solo algunas de sus cualidades a fin de preservar su integridad y la de sus miembros.

La Organización Internacional para la Estandarización (ISO), según sus siglas en inglés, define la resiliencia organizacional como  “La habilidad para absorber y adaptarse en un entorno en constante cambio para cumplir sus objetivos y prosperar”, lo que nos muestra que las instituciones educativas están llamadas a ese crecimiento y desarrollo de habilidades para cerrar las brechas y así lograr una recuperación tangible.

Según algunos expertos en la materia, se recomienda que las instituciones educativas se vuelvan organismos resilientes, y que al igual que estas obreras productoras de miel, puedan enfrentar no solo la crisis presente sino también la futura, pues las decisiones que se tomen hoy condicionarán el mañana de los estudiantes.

¡La colaboración interdepartamental es clave!

Una colmena es un ecosistema en equilibrio que puede estar constituido hasta por 80,000 abejas, por ello, deben contar con una buena organización.

La reina, las abejas obreras y los zánganos, son parte de su importante estructura organizacional. Si bien esto parece ser una jerarquía en la colmena, la verdad es que las abejas se necesitan unas a otras para sobrevivir y prosperar. Ningún individuo ni grupo es más importante que otro, al igual, una reina sin su colmena no es reina en absoluto.

Esta enseñanza impartida de manera natural por estos insectos, deja una gran lección a nuestras instituciones educativas. A pesar de las jerarquías entre departamentos y la variedad de puestos y funciones en una organización, todos son importantes para la supervivencia en conjunto.

La comunicación es una danza

Además de comunicarse a través de feromonas, las abejas también se comunican a través de elaboradas danzas. Así es, las abejas bailan y sus movimientos tienen significados conocidos para otras abejas en su colmena. La comunicación fluye de manera eficaz entre cada uno de sus miembros.

Si nos logramos percatar, la comunicación entre estos pequeños insectos es su arma secreta, pero también podría ser la nuestra. Para que la información sea eficiente en nuestras organizaciones, es necesario establecer estándares definidos y poner en marcha la infraestructura tecnológica necesaria garantizando así la eficiencia de nuestros procesos.

Responsa-Bee-lidad

Dentro de una colmena, las abejas tienen diferentes trabajos. Entre algunos de ellos está la limpieza, el manejo de la temperatura, el cuidado de la reina, la alimentación de las más jóvenes, la seguridad, la construcción, y la reparación de estructuras dentro de la misma. A menudo, los deberes se dividen entre sus diferentes miembros, en algunas ocasiones dependiendo de la edad y la experiencia. Si una abeja nota una labor omitida, esta tomará la iniciativa y lo hará sin esperar ninguna orden. Ignorar cualquier detalle sería de eventual peligro para todas.

Para las instituciones educativas, las funciones y responsabilidades son determinantes para un trabajo eficiente. Sin embargo, el entorno siempre es cambiante. Es probable que algunas veces nos percatemos de responsabilidades omitidas por otros.  Tal vez no sea nuestro trabajo real, pero nunca está de más hacernos la pregunta «¿Debería yo hacer algo al respecto?» ¿Podría yo colaborar en algo para ayudar? Lo que no debemos hacer es pasar de largo esperando a que alguien más lo note.

Panal organizacional

La estructura organizacional es la forma cómo se asignan las funciones y responsabilidades que tiene que cumplir cada miembro dentro de una empresa para alcanzar los objetivos propuestos.

En 1855, Daniel McCallum diseñó el primer organigrama para ordenar y hacer más transparentes los roles y responsabilidades de los empleados del sistema ferroviario de Eriey Nueva York. Las estructuras organizativas han tenido una evolución disruptiva que buscan adaptarse a los nuevos tiempos.

Lo cierto es que el modo en que una organización está estructurada, depende de cómo ve sus procesos de trabajo y sus equipos. Estos son variables y su evolución se reflejará en el diseño de su organigrama evolutivo, adaptándose a los tiempos y las circunstancias.

Los panales son una estructura constituida por pequeñas celdas que permiten a las abejas aprovechar al máximo el espacio disponible dentro de la colmena. Debido a la efectividad de este sistema, se ha llegado a pensar que al igual, la estructura organizacional en instituciones educativas debería ser hexagonal, donde no existen los espacios desaprovechados ni vacíos.

Honey-xperience

Tenemos mucho que aprender de las abejas, esto es solo una pizca de lo que ellas tienen para enseñarnos. Los humanos modernos han poblado el planeta durante unos 300.000 años y los registros fósiles de las abejas más antiguas tienen 100 millones de años, por lo que su amplia experiencia es 333 veces superior a la nuestra, comprobando así,  que cuentan con un excelente modelo que podemos tomar como referencia para crecer exponencialmente y prosperar en instituciones educativas complejas y dinámicas.

Es momento de emprender el vuelo, desarrollar estrategias de crecimiento sostenible en cada una de nuestros centros de enseñanza y así construir un ecosistema equilibrado, aprovechando al máximo los recursos para lograr la transformación de nuestras instituciones en una colmena y el día de mañana, disfrutar de las mieles del éxito.

Escrito por:

Nassif Romero